Monday, March 19, 2007

Thursday, March 15, 2007

TERRA INCÓGNITA


Una Terra Incógnita
es la que hace de los débiles
exclusivas víctimas mortales
por súbito placer mundano.

Una Terra Incógnita
es la que encierra animales
en cifras exponenciales
para molerlos y untarlos
a palos del mal amor,
o dicho de otro modo
a golpes de trivial ligereza,
para jugar en la mesa
o derretirles los ojos
en alcohol, o enfebrecerlos
de enfermedades nuevas.

Una Terra Incógnita
es la que secciona inocentes,
los trocea y entrega
a bodegas de chuletón
y banquetes de realeza.
Un tercer estado guillotinado
es esta tierra desconocida
ante mis ojos
de la que reniego abiertamente,
una Terra Hermética
sin salidas de emergencia
para el frágil inocente,
para el que no ataca,
para el pacífico,
¡a ese se le machaca!
“¡Ese pescuezo!,
¡que quiero carne esta noche!
¡Cómo me gusta el cordero
y cazar de madrugada!
Me alborozan los anzuelos
y los huevos frescos,
Aunque las gallinas viejas
irán pronto al matadero
pues en la misma jaula-folio
había hoy menos huevos
y muchas plumas que limpiar.”

Una Terra Incógnita
es la que alimenta a los opresores
con leche
de madre cansada, exhausta.

Esa Terra incógnita
debiera ya liberar
o morirse muy dentro,
sin dejar que el segundo gotee
y alimente su ego.

Wednesday, February 14, 2007

ÓPERAS ELÉCTRICAS


Se necesitan eléctricas voces cósmicas
que agiten el vello de la luna,

se necesitan melodías bajo el agua
que neutralicen los tintes carmesíes del mar,

se requiere de inmediato
el nacimiento perpetuo de guitarra y batería;
un desconcertante concierto de rock
que en decibelios sobrepase
el gemido oral del matadero universal de animales.

Se necesitan sopranos en las cacerías
y fotógrafos cazadores de denuncia,

se requieren óperas eléctricas en los océanos.
y directores para las orquestas de vida y alegría.

Tuesday, August 01, 2006

DE PÁRVULOS Y TRIPAS


Los párvulos de olfato triste
siguen rebasando mis cuencas.

Dos lanzas con ansias de amor
son esos ojos
que no hallan su centro
ni en la aspereza humana
ni en la forzada soledad
que el hombre les ha impuesto.

Los párvulos de caminar quebrado
desarropados
y tendidos contra el metal,
su incontrolable tristeza
ni siquiera moja
la niebla de los hombres;
no les punza el corazón,
un órgano antes vivo
y ahora alienado en su esencia
y mudado a la fuerza y sin razón
al estómago,
un lugar fúnebre,
agreste,
donde ya no crece nada.

Sunday, March 19, 2006

EL SER AJENO

Y el mundo se volvió ajeno para él y cada rostro fugaz en la carretera se volvió más familiar. Ellos vieron en él al ajeno pero ninguno de ellos supo ya jamás como se habían vuelto sus sueños. Antes volaba, ahora era testigo imparcial en juicios que nunca jamás llegarían a celebrarse y declarante bajo juramentó ético de atrocidades, cuyos culpables nunca se sentarían en el banquillo.

El ser ajeno tiene que conciliar dos submundos no solo mentales sino tan reales como la sangre de los rostros fugaces y su convivencia con la trivialidad del ser propio. Esa tarea altamente cualificada requiere de una inversión perversa, la de sacarse los ojos en la mañana y guardarlos en el cofre recóndito en el que se secan las lágrimas diurnas y volver a colocarlos en la noche, donde los sueños permiten una identificación irreal del ser ajeno ante el mundo de seres propios.

La inversión perversa del día continúa con su coexistencia con los seres propios en los actos más cotidianos donde estos últimos olvidan en su lista de la compra la asignación cualitativa correspondiente a cada objeto de adquisición. Los seres propios tienden a olvidar o quizás a obviar. Olvidaron u obviaron leer las sufri-etiquetas, que no aparecen ni en las prisiogalerías ni en las muertiendas. Olvidan y obvian el valor de la vida ajena, no lo hacen claro está con la propia. Pero lo más extravagante es que utilizan su palabra para banalizar por igual lo insignificante y lo trascendente.

Cuando los seres propios conceden becas, lo hacen en base a las calificaciones académicas pero cuando los seres propios causan daño no siguen ningún criterio ético. Si el individuo H y el A sienten dolor cuando se les hace daño, el ser propio no sigue criterio moral alguno y decide que causar daño a H es moralmente condenable pero no si esa misma acción causa daño a A. El individuo ajeno es un ser cansado. Todos los días le cae una maceta del vecino sin ninguna necesidad. Los chichones duelen aunque él espera que sus efectos no sean acumulativos. Además, él no necesita una maceta y menos en su cabeza, de la misma manera que los individuos propios no necesitan causar daño a los individuos A.

El ser ajeno vive atrapado en un mundo que le es impropio y propio a la vez para los que se niegan a acatar una norma ética coherente, sólida. El ser ajeno vive en estado de shock, quizás con Síndrome de Estocolmo y desde la telaraña en la que ha quedado atrapado, solo se le permite ver rostros fugaces, de asustadas criaturas, que han salido de su infierno para vivir su muerte y desaparición; su marcha hacia ningún lugar; una marcha que el ser ajeno no puede detener ni siquiera con la fuerza extremadamente intensa e incontrolable de sus lágrimas.

Tuesday, February 14, 2006

LA ANCIANA DEL LABERINTO

Intentaba parar el mundo. Todo giraba veloz mientras ella se paraba en cada acera y contemplaba los átomos de luz reflejados en la sonrisa de otros. No había nada que se equiparase a ese brillo estelar y sin embargo la mayor parte del día seguía ciega.

Los ángulos de sus dedos eran minúsculos pues tenía agarrotado el movimiento. Debió ser a causa del terror que las grúas demoledoras le habían causado. No había forma de salir de su barrio laberíntico. Lo intentaba cada mañana, al cerrar los grifos y la puerta de casa. Utilizaba su paraguas de sombrilla para que el sol no mudara su color. Todas las calles le parecían iguales, quizás variaban las formas de los tejados o los materiales estructurales, pero cada esquina tenía el mismo olor.
Pensó que quizás encontrase una calle que no perteneciese a su barrio y aunque era ciega a los edificios y a las calles bajo sus pies, podía ver los acantilados y otros parajes del cielo, destinados en exclusiva a aquellos a los que se les han asesinados los ojos con dardos de alto calibre de sufrimiento. Y fue así como logró escapar de su barrio laberíntico en el que todas las calles olían igual, a sangre y orina. Y notó como su energía renacía de nuevo mientras las aves generaban con su vuelo el más cálido de los vientos.
Y allí, con el tacto de un cordero y el afecto de otros animales, dejó de sentir los dardos humanos en sus ojos, su corazón y su pelo.

Friday, October 28, 2005

LA TIERRA


La Tierra está llorando
y no puede absorber
el trauma húmedo
que le causa el llanto

La tierra está sacudiéndose
los océanos al viento,
retorciéndose de dolor
mientras sus mejillas arden
y derriten poco a poco el hielo,
aquel que antaño fuese
el mejor contrapeso del fuego.

La tierra está tiritando
y sus vértebras, enfermas,
se resquebrajan en los poblados
tragando familias enteras
junto a sus pobrezas secas.

La tierra y los que en verdad la respetaban
están agonizantes en el lodo,
la mayoría ya no están
los han ido
les han dejado sin ojos
sin piernas, ni pies
sin orejas y sin picos.

La tierra está moribunda
porque una especie “profunda”
ha creado degolladeros
en cada esquina del mundo
y ahora no se puede pasear las calles
sin atisbar los mataderos
y matadores
y colaboradores
y silenciosos cómplices pasivos,
que en las fotos temáticas
de responsabilidad y cargo,
salen con los ojos cerrados
rojos o tapados
no una vez,
sino siempre,
sea cual sea
el álbum y la fecha que uno mire.

EL RELOJ DE LOS LIBRES


Se repiten los sueños
y en mitad de la noche
grita el reloj de los libres
y se estremecen de miedo
las pareces de los cuerpos robados

Mientras,
secándome los ojos,
cierro los armarios del llanto
y abro las ventanas a la noche profunda
y salgo a recorrer los campos
con mis zapatillas de heroína

y se repiten los sueños
y os seco las lágrimas tintas
y os devuelvo la sangre robada
y los dientes arrancados con pinzas
y los rabos castrados
y los picos afilados

y se repiten los sueños
y os borro las huellas de los mazos
y suprimo los calambres mortales
y os borro la amargura
y os pinto una sonrisa.

Se repiten los sueños
y colándome en los vuestros
en mitad de la noche
os devuelvo a vuestras crías
mientras grita el reloj de los libres
y se cierra el armario de las vidas tristes.

Thursday, May 05, 2005

NO QUIERO MIS OJOS


He visto hombres caminar mares
y a mujeres soportar tempestades de hielo,
he visto niños llenando espacios de mayores
y animales llenando platos de miedo.

He visto hombres verticales
y mujeres inclinadas, planas.
He visto niños impresos de huellas
y animales.

He visto animales en la mañana
a cada instante
y en las tardes
y en las noches oscuras.

Me he cosido los ojos para no verlos
y el corazón se ha convertido en órgano guía
y no puedo callarlo.

He estrangulado al órgano guía.
Parece que ya no respira
y, sin embargo,
oigo lamentos a mediodía
dondequiera que esté.

He subido el volumen de mis cascos perpetuos
y ya tengo ruido en el cerebro
y la razón empieza a denunciar los decibelios.

Hoy he dislocado la razón con mis falacias
y sigo viendo animales
en las carreteras, en los zoos, en los laboratorios,
en los circos, en los toros, en los cotos,
en las calles de los pueblos desangrados,
en los aledaños del infierno, en el desierto,
en las industrias, en el campo, en pabellones,
en camiones, en tu plato, en las medicinas
en los jabones, en las galletas, en los comedores,
en las fiestas, en las cenas, en los aviones,
en las tapicerías, en los bolsos y zapatos,
en las bufandas, los abrigos, las carteras, las llaves,


en cada centímetro que rodea mi espacio.

POEMA DE UN CUENTO

El personaje de este cuento, dedicó su jardín y su estanque para albergar a las miles de aves que un día antes del periodo de caza venían a cobijarse. Asimismo creó un aparato para volar con ellos y evitar dañar con sus pasos a cualquier ser más pequeño. El podía oír el eco de sus lamentos y por ello, alguien le dedicó un poema muy especial.

Volaban pájaros a tu jardín
procedentes incluso
de aldeas lejanas
enfermas de tiros y anís,
enfermas de un mustio gris
que entumecía sus alas.

Volaban pájaros a tu jardín
y construían allí
sus nidos melancólicos
como expatriados de dolor
migrados a la fuerza,
sin razón,
como refugiados afligidos
de alas rotas y tristes
de parajes sin perdón.

Una vez allí te susurraron
el trauma de un viaje sobre el océano;
cómo los peces espada eran arrastrados
y asfixiados en las profundidades del aire;
cómo luchaban por su vida
amarrada de gancho e hilo
que desgarraba sus bocas;
cómo aterrados morían
sin ni siquiera retornar al mar.

Escuchaban nubladas las obreras
eclipsado el sol de tu mirada,
contemplando atentas
tu rostro y el de la luna,
vigilando quietas
aquel pausado ascenso al cielo
sobre ese zeppelín tan especial.

Miraban desenfocadas las obreras
las bóvedas paganas de tu corazón
mientras sentías muy adentro
al gran “Gulliver” de los cuentos,
de la ilusión;
mientras mirabas atento
cómo te vaciabas de mar
mientras te llenabas de eco.

Wednesday, May 04, 2005

BEBÉS

Caen bebés del cielo
tú los ves desde el puente colgante
a través de los muros de cristal.

Caen de vértigo
y prenden con suma rapidez.

Unos tienes meses;
otros días.

También de vez en cuando
se despeña alguna madre triste.

Caen bebés del cielo encallado
van desnudos en su piel
y permanecen casi en posición fetal
mientras el vació les zarandea ¡Zas!
y golpea unas cabezas con otras
amoratando el mismo aire
que les rellena el espacio.

Caen bebés enjutos, tristes,
afectados por la peste porcina
y bebés focas
golpeados por humanas pestes
y pestilentes modas.

Caen bebés grandes
afectados por encefalopatías
y mentes deformes.

Caen bebés indefensos
en sus celebraciones tempranas
y en sus fiestas tardías.

Caen y nadie les llora;
ellos lloran, mueren
y tú ríes, vives, celebras, comes
a su costa,
y amaneces cada día.

Caen bebés rosas, blancos, marrones y negros;
todos los colores se hacen uno
y ya no se diferencian.

Thursday, April 21, 2005

PARAISO ABOLICIONISTA


Bailan los oseznos
sobre las copas de los sueños encendidas,

bailan los terneros entre mugidos de alegría
y bailan los corderos que balaban en su día,

danzan los pollos al piar de un baile libertario;
danzan los patos en el pasado charco de la melancolía
convertido hoy en el futuro lago de la alegría.

Danzan las nubes
al son de instrumentos de viento alado,
y acarician tus cortinas
rozando tibias
las pequeñas ventanas
del corazón con vistas.

EDÉN


Cuando busques agua
acaricia la mirada de un delfín mojado.

Cuando busques luz
acaricia los destellos de la luciérnaga
en la distancia.

Cuando busques libertad
dibuja melenas y crines en el aire
corriendo y nunca cabalgando.

Cuando tengas hambre
cuelga un cartel en tu corazón:
HUMANO HAMBRIENTO DE JUSTICIA.

Cuando sientas el corazón inquieto
y la razón moribunda
constrúyete un mundo imaginario
para los seres inocentes
que poblaran sus jardines y patios,
un hermoso edén animal.

SE TE CAE LA HUMANIDAD

Se te caen las luces
en el cesto de las sombras
cada vez que
de la tortura haces artes.

Se te cae la dignidad
en la sala de operaciones
creando espectros aterrados ,
entumeciendo tus oídos
con sobredosis de frialdad.

Se te cae tu humanidad
delante de tu frase
“cuarto y mitad”
y vuelve a arrojarse al vacío
desde tus zapatos
al sentir compungida
la piel de otros herida.

Pobrecita humanidad;
la pierdes cada día
y va dejando
un largo rastro de sangre.
Sale de tus zapatos
de tu aperitivo
de tus entradas
y atraviesa tu ciudad
y estremece sus campos.

Pobrecita humanidad;
no podía verla sufrir tanto
y la abandoné
por lotes de animalidad.

ESPECISTA


Especista,
porque nunca fuiste más allá de tus ojos.
Ni siquiera apresaste
aquella mirada que te contemplaba quieta
prendida en la oscuridad,
congénita al país del miedo.

Especista,
porque nunca has vaciado tus manos llenas
sobre sus vacíos existenciales
que tú mismo provocaste;
porque nunca te has llenado de su magia,
de su tacto delicado entre las flores.

Especista,
porque con tu silencio almidonado
los algodones de las nubes brotan claros
y mueren de grana intenso al atardecer

Especista,
porque devoras crías
mientras adoras a las tuyas;
porque dejas huérfanos de madre
mientras proteges a la tuya;
porque cada minuto que vives
les provoca eternidades
de tormento y muerte.

Especista,
si creyera en la justicia
me sobrarían manos y equilibrios en el cuerpo
y ya no se clavarían alfileres
en los dedales del corazón.
Si existiera la justicia,
tú te reencarnarías en el ser que te comiste
y evocarías sus calvarios
con tus bramidos
pero tu otro tú no te escucharía,
pensaría que no mereces la pena
que no tildas sentimientos con el corazón,
que eres de otra condición.

Si creyera en la justicia,
un equilibrio cósmico tragaría mis miedos
y una galaxia de paz
sosegaría mi corazón.